Con el paso del tiempo, asistir a un gimnasio a practicar algún tipo de actividad física dejó de ser una moda para convertirse casi en una necesidad, en la que algunos depositan toda su confianza para lograr buenos resultados a nivel físico y por qué no, también a nivel emocional y social. Es por eso que estos centros deportivos deben certificar que todos sus ofrecimientos sean realmente válidos y que tanto la infraestructura como los servicios y el personal correspondan a lo que necesita quien demanda de este tipo de empresas. A pesar de lo anterior, existen muchos gimnasios que no cuentan con instructores profesionales, los que al no conocer de las diferentes técnicas del fitness pueden contribuir en un mal desarrollo de los ejercicios por parte de los clientes, quienes finalmente serán los que se lleven la peor parte. Para conocer un poco más acerca de las regulaciones que deberían cumplir todos estos espacios, el director de carreras de deporte de DuocUC, sede Puente Alto – Juan Ignacio Bascuñán – afirma que la realidad en nuestro país con respecto a este tema es lamentablemente negativa, puesto que “no hay certificaciones que sean exigidas por la autoridad, como tampoco entidades que los otorguen”. Con lo anterior, comenta que para que comience a vislumbrarse un cambio en este tema, “habría que partir por definir qué tipo de certificaciones son necesarias de ser exigidas y también qué tipo de profesional debe trabajar en esta industria”, dice. Y es que tal como se menciona anteriormente, no cualquier persona puede llegar e instalarse a guiar a un grupo de gente dentro de un gimnasio. Riesgo de lesiones, el inadecuado uso de las máquinas y el mal desarrollo de los ejercicios son algunas de las consecuencias de una mala instrucción. | ||
Hoy, las únicas exigencias que existen son las que posee el Ministerio de Salud. Éstas tienen relación con la higiene de los gimnasios y recintos deportivos; otras regulaciones tienen que ver con la infraestructura. “No existe un organismo especialista en actividad deportiva”, reconoce Juan Ignacio Bascuñán. |
Para el profesional de DuocUC, el tema de la certificación o más bien de la regulación por parte de las autoridades hacia los gimnasios es algo que simplemente pareciera no importar. “No es que no hayan estatutos fuertes y constantes, sino que simplemente no hay regulación”, admite. Según sus palabras, “las autoridades no han tomado conciencia de la relevancia de esta actividad y de las consecuencias que puede tener para la salud de una persona, desde provocarle un gran beneficio, hasta generarle una patología irreversible”, asegura. |
Lo ideal puede ser real | ||
Para Juan Ignacio Bascuñán lo que se necesitaría para que los gimnasios y centros deportivos estuvieran a la altura de lo que las personas necesitan, no es tan complicado de concretar. Sólo basta con cumplir ciertos requisitos y, claro, una entidad que los fiscalice y procure su mantención. Si estuviese presente esta suerte de “ente fiscalizador”, el profesional indica que lo que se debiese controlar en este caso es el tema de los recursos humanos, es decir, inspeccionar “el nivel de formación y la calidad profesional, del instructor, que ejerce funciones en un gimnasio”. Con respecto a esto, manifiesta que se debe verificar (junto al título profesional) que la formación del instructor sea en el área específica, es decir en fitness. | ||
Por otro lado – y no menos importante – es la calidad del recinto. Al respecto, Bascuñán afirma que el inicio del negocio también debe ser regulado, estableciendo normas de exigencia donde el empresario certifique que su espacio esté en buenas condiciones y cuente con todo lo necesario (tecnología, construcción idónea, equipamiento, contratos para el personal, etcétera) para funcionar en forma adecuada. | ||
El director de carreras de deporte de DuocUC cuenta que hoy “todos recomiendan realizar actividad física - principalmente los médicos - como una forma de mejoría de la salud”. Sin embargo, recalca que para que esto se cumpla de buena manera, las condiciones y controles deben ser los adecuados y por supuesto, realizados por especialistas. |
Pese a lo anterior, la formación del instructor parece seguir siendo lo más importante. Con respecto a aquello, el director de carreras de deporte comenta que el perfil de estos profesionales es muy claro y tiene directa relación con su formación. Así, menciona que el perfil de estos guías debe ir de la mano de la especialización en el área del fitness, “con conocimientos de la actividad física y el desarrollo de sus cualidades, de anatomía, biomecánica, fisiología del ejercicio, etcétera”, asegura, agregando además que “debe contar con competencias blandas, tales como la proactividad, amabilidad, empatía, disciplina, etcétera”. “No hay que perder de vista el hecho de que este profesional trabajará con personas, en su mayoría con una condición física básica y cuyos cuerpos cuentan con más debilidades que fortalezas, por lo tanto una actividad mal desarrollada puede llevar a lesiones graves, a veces irreversibles”, sostiene. Y es justamente este mal manejo de la instrucción el mayor problema que se presenta a la hora de asistir a gimnasios que no cuentan con profesionales idóneos. En este contexto, Juan Ignacio Bascuñán dice que entre los errores más comunes que cometen estos centros deportivos están: - No contar con el personal idóneo. Muchos gimnasios contratan como sus instructores a ex deportistas sin estudio o físico-culturistas con un gran desarrollo de volumen muscular, lo cual atrae a clientes. - Ser poco exigentes con su nivel de servicio. - En algunos casos renuevan su equipamiento y generan mantenciones a su infraestructura, pero dejan de lado las capacitaciones de su personal. Es por eso que refuerza la idea de que “trabajar con el cuerpo humano sin conocer su condición y sus límites, pueden llevar a que una persona pueda perder su salud con consecuencias insospechadas. De ahí la necesidad de contar con profesionales idóneos”, indica. |
Punto Vital Enero 2010 © |