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domingo, 31 de marzo de 2013

 
Un deporte especial en días de frío y lluvia
 
En el racquetball todos podemos ser campeones
Raqueta, pelota, anteojos y una pista cerrada. Eso es lo que se necesita básicamente para practicar el racquetball, un deporte que si bien no es masivo como el tenis, sí es una buena alternativa para practicar durante los días fríos de invierno.
 

 
¿Será posible que un deporte pueda estar hecho para todo tipo de personas? Puede que el racquetball sea uno de ellos, pues según mencionan quienes lo practican, realizar esta actividad física de manera amateur o profesional puede llevar a las personas incluso a ser parte de campeonatos y obtener perfeccionamiento, sin necesariamente ser un experto.
Así al menos lo expresa Cristóbal Accorsi, profesor de este deporte y miembro de la Federación Chilena de Racquetball, quien comenta que una persona que dedica tres días a la semana a practicar el deporte, perfectamente puede lograr un muy buen nivel en la ejecución de los movimientos que requiere esta disciplina.
Pero para conocer un poco más acerca del racquetball, Accorsi menciona que sus primeras manifestaciones están en Estados Unidos, donde su creador - el tenista Joseph Sobek - trabajó durante los años cincuenta en la invención de un deporte que combinara técnicas provenientes desde el tenis y el squash y que pudiera practicarse durante los días de lluvia.
“Como es un deporte norteamericano es en Estados Unidos, México y Canadá donde están los mejores representantes del racquetball”, cuenta el profesor quien además menciona que en Sudamérica, los pioneros son los bolivianos, quienes tienen la oportunidad de gozar de este deporte en forma constante, pues se trata de una actividad cuyas canchas son financiadas por el estado.
 
El racquetball se destaca por ser un deporte muy potente y que entrega muchos beneficios a nivel corporal. Es especial tanto para hombres como para mujeres y son éstas las que disfrutan mucho más al mantenerse todo el tiempo en constante movimiento.
 
En cuanto a sus diferencias con el squash, deporte con el que más se le compara, Cristóbal afirma que a pesar de que ambas son actividades físicas que se practican con una raqueta, una pelota y dentro de una cancha, poseen diferencias notables que las caracterizan a cada una por sí sola.
Al respecto, sentencia que se trata de dos cosas diferentes, pues mientras el squash se caracteriza por mantener la pelota “en juego” sin muchas veces hacer ningún movimiento más que “paletear”, en el racquetball los puntos no deben durar más de cinco segundos y por lo tanto en un juego siempre destacará la potencia y la precisión de los practicantes.
Por otro lado, el entrenador dice que éste es además un deporte mucho más anaeróbico y por lo tanto durante el juego, la persona se mantiene dentro de un rango en sus pulsaciones cardiacas, las que pueden bajar al momento de mantener la pelota o subir cuando se va en busca del punto.
 
Beneficios y precauciones
 
La idea de que el racquetball no es un deporte masivo es compartida por Accorsi, quien menciona que a pesar de aquello ha aumentado el número de personas interesadas en arrendar canchas y equiparse lo mejor posible para hacer de este deporte un entretenido pasatiempo.
Junto con esto, el entrenador cuenta que la mayoría de quienes practican son personas mayores de 30 años, por lo que las precauciones y los cuidados deben ser mayores, esto porque mientras más edad se tiene, van apareciendo enfermedades principalmente de tipo cardiovascular a las que hay que prestarles atención.
Por ese motivo, menciona que quienes padecen de problemas al corazón – y que toman la decisión de practicar de igual forma - deben tener cuidado en la fuerza y rapidez con que ejecutan los movimientos, ya que al ser un deporte anaeróbico, la intensidad en el ejercicio puede ir de menos a más de manera drástica, lo que podría afectar a estas personas.
En cuanto a los beneficios corporales más evidentes, el racquetball es especial para fortalecer las piernas y los glúteos. Por otro lado, permite una gran quema de músculo, mucho más que de grasa y es por eso que se vuelve necesario tomarse el tiempo para permitir la recuperación, lo que puede complementarse con otros deportes, como el squash y el trote en ascensión, los que ayudan además en el fortalecimiento muscular.
 
A toda velocidad
 
Si bien existen diversos tipos de jugadores, lo cierto es que en el racquetball la velocidad es una constante. Y es que aún cuando los practicantes no sean avezados y le den a la pelota lo más sutilmente posible, lo cierto es que el material de esta pequeña esfera permitirá que consiga rápidamente gran velocidad y bote, por lo que la atención, coordinación y pronta capacidad de reacción son primordiales.
“Cuando uno practica constantemente puede lanzar la pelota a una velocidad aproximada de 220 kilómetros por hora. Por eso, este deporte además ayuda a pensar rápido y a estar muy atento. Además permite mejorar los reflejos y reaccionar en una milésima de segundo”, comenta Cristóbal.
 
El racquetball puede ser efectuado en modalidad single o doble dentro de una cancha cerrada en donde todo el espacio puede ser utilizado en forma válida. Según quienes lo practican, hombres y mujeres enganchan rápido con esta actividad por ser entretenida y presentar constantes desafíos.
 
Con respecto a la gran velocidad que puede alcanzar la pelota durante un game, el profesor de la Federación Chilena de Racquetball dice que esta constante puede causar más de alguna lesión, pues si no se tiene el entrenamiento necesario, más de algún pelotazo puede afectar en cualquier parte del cuerpo.
Es así como indica que el uso de anteojos de seguridad es fundamental y aunque para algunos resulte molesto, ya que tienden a empañarse, será mucho mejor que lamentar un golpe certero en el ojo.
Por último, el profesor comenta que una persona que decide acercarse al racquetball no debe preocuparse si es bueno o malo en la disciplina, pues a su juicio, cualquiera puede jugar de manera satisfactoria. Así es que sólo hay que atreverse, tomar la raqueta y darle a la pelota, después de todo aquí no hay malos jugadores.
 
 
 Carla González C. ,para :
                                               " Punto Vital "