El partido más emocionante de la temporada en el basket estadounidense se disputó el domingo en el Cintas Center de Xavier, Cincinnati, y lo jugaron dos equipos de universitarias de Division III. El resultado era lo de menos pero los diez mil espectadores que llenaron la instalación no olvidarán el choque entre Mount St. Joseph y Hiram College por la presencia de Lauren Hill, una jugadora que ha comocionado el país con su triste pero inspiradora historia.
A Hill, afectada de un cáncer cerebral inoperable, le han dado apenas dos meses de vida tras los últimos exámenes que le han realizado. Un año después de conocer el primer diagnóstico, esta joven de 18 años vive una cuenta atrás irremediable que ha sabido reconvertir en una lucha personal con tra su enfermedad, el glioma pontino intrínseco difuso, un extraño cáncer que afecta a niños a partir de cinco años.
Al no poder salvarse a ella, Hill decidió ayudar a la comunidad y nada mejor que hacerlo dando a conocer su historia a través de un sueño: poder jugar un partido en la liga universitaria. La NCAA accedió a adelantar el calendario del curso, cuyo inicio estaba previsto para finales de noviembre, a fin de que el debut de Hill se convirtiera en un acto colectivo de homenaje a ella y apoyo a su batalla. Con este partido ha querido llamar la atención para la recogida de fondos a la investigación y, sobre todo, para concienciar a los jóvenes sobre los síntomas y lograr así que se realicen diagnósticos a tiempo.
“A medida que progresa el tumor pierdo sensibilidad en un lado, mis articulaciones me duelen. Nada se puede hacer. Sólo pueden darme más esteroides”, explicaba Hill hace unos días, con lágrimas en los ojos, en un documental para ESPN. Cuando recibió el primer diagnóstico jugaba en su último años de instituto en el Lawrenceburg High School y los médicos inicialmente le daban dos años de vida. “En casos con pronóstico de diez años hay alguna esperanza pero tratándose de dos está todo muy avanzado, no hay ninguna”, asegura su padre, Brent Hill.
A los partidos de Mount St. Joseph apenas acuden cien personas habitualmente pero al conocerse su historia los apoyos y el interés llegaron de todas partes. La universidad de Xavier ofreció su pabellón para el encuentro y en una hora se vendieron las 10.000 localidades. El domingo, día de partido, las calles de Cincinnati se llenaron de gente al paso del autobús del equipo y Hill recibió en el pabellón un recibimiento apoteósico. En las gradas había estrellas de la NFL y la NBA femenina.
Salió de titular con el dorsal 22 y en la primera jugada anotó de gancho con la izquierda el 2-0. El partido se detuvo y compañeras y técnicos salieron a abrazarla en medio de una gran ovación. A 30 segundos del final su entrenador volvió a ponerla en cancha y anotó la canasta final.
“Este día significaba mucho. Es lo mejor que me ha pasado. Ha sido mi primer partido universitario, no el último”, sentenció Hill.
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