La semana que termina fue muy rica en materia de futbol hasta en eventos aparentemente ajenos como la designación del nuevo jerarca de la Iglesia católica, el hoy Papa Francisco que, como buen argentino, es también un gran aficionado al futbol. En Europa, con toda seguridad, tendrá con que saciar su gusto por el balompié, e incluso en el propio Vaticano tampoco le faltarán partidos por seguir como los de la Clericus Cup, el Mundial de eclesiásticos. Mejor aún, su llegada podría dar un soplo nuevo al futbol de la Santa Sede.
La decisión de Benedicto XVI de renunciar a su cargo y el cónclave para elegir a su sucesor interrumpió momentáneamente los partidos del Campeonato Mundial de Clérigos que desde hace siete años se organiza anualmente en el Vaticano.
Pero una vez que el Papa Francisco haya terminado con las ceremonias que inician su pontificado, los 355 sacerdotes y seminaristas de 56 países que participan en este torneo de futbol de la Iglesia Católica, retomarán los encuentros que apenas se encuentran en la segunda jornada eliminatoria.
Organizada por el Centro Deportivo Italiano (CSI), la Clericus Cup fue creada por quien ocupaba hasta ahora las funciones de Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone que también tuvo a su cargo el interinato del Vaticano entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco.
La mayoría de los equipos corresponden a comunidades eclesiásticas y están integrados por sacerdotes de diversas nacionalidades . Sin embargo, México sí cuenta con un equipo de compatriotas, conocido como el Colegio Mexicano.
Sin embargo, la escuadra azteca no parece haber encontrado todavía a su Chicharito pues, hasta ahora, en sus dos primeros partidos no ha podido sumar ningún punto y se encuentra en el sótano del grupo B, encabezado por el equipo Mater Ecclesiae. Su próximo partido, el sábado 16 a las 9 horas, se antoja complicado frente al equipo de la Universidad Pontificia Gregoriana que ocupa el segundo lugar del grupo.
La final se jugará el sábado 18 de mayo y no sería imposible que el ganador pueda recibir la Copa de manos del nuevo pontífice Francisco.
Sin embargo, no será la única posibilidad futbolística que tenga el nuevo Papa en el Vaticano. En efecto, el pequeño estado vaticano cuenta oficialmente con una formación conocida sencillamente como el Equipo de Futbol del Vaticano y, sin mucha sorpresa, su uniforme es amarrillo con visos blancos cuando juega a domicilio y lo contrario, blanco con visos amarillos, cuando juega en el exterior.
Sus jugadores no son profesionales, muchos de ellos son miembros de la Guardia Suiza, que son ciudadanos vaticanos, o entonces son parte del personal civil del Vaticano, sobre todo guardias de sus museos, que son ciudadanos italianos.
El equipo que juega en el Estadio Pio XII, situado en la localidad de Albano Laziale, en las afueras de Roma, cuenta con dos entrenadores Saverio di Pofi y Giovanni Trapattoni. Éste último, ex entrenador de la Selección italiana y hoy al frente del selectivo irlandés, integró el cuerpo técnico vaticano en el 2010.
En el interior de la Santa Sede, desde 1972, se organizan partidos y torneos futbolísticos entre administraciones vaticanas como correos, museos, los servicios técnicos, la Radio Vaticana o el Osservatore Romano.
Pero en tanto Selección nacional el equipo del estado vaticano que no es miembro de la FIFA ni de la UEFA, ha jugado poco. Hasta ahora su único partido internacional oficial se llevo a cabo contra Mónaco en noviembre del 2002 y las dos pequeñas selecciones empataron a cero. En el 2011, un nuevo enfrentamiento entre estas dos selecciones terminó a favor el principado por 1-2. Sin embargo en el 2006, cuando enfrentó al club suizo SV Vollmond, ganó con una goliza de 5-1, y en el 2008 venció al equipo olímpico de China por 4-3.
Hace algunos años, el rumor decía que el Cardenal Tarcisio Bertone tenía la intención de crear un equipo vaticano de alto nivel para competir en el campeonato italiano pero nunca pasó de ser un rumor. Habrá que ver ahora si entre las intenciones de reforma del nuevo ocupante de la silla de San Pedro se incluye también la cuestión del futbol.